De los berrinches a los logros: Liberar el potencial emocional de los niños en edad preescolar
¿Todo listo para liberar el potencial emocional de tu peque en edad preescolar? Como experta en desarrollo infantil, pero sobre todo como madre de una niña en edad preescolar, ¡estoy aquí para ayudarte!
Vamos a ver algunos consejos prácticos, trucos e ideas que pueden ayudarte a motivar y apoyar a tu pequeño en este gran viaje. Así que coge una taza de café y adentrémonos juntos en el maravilloso mundo de las emociones preescolares.
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Por qué son importantes las emociones de los niños en edad preescolar y cómo ayudarles a gestionarlas
Los niños en edad preescolar avanzan a pasos agigantados en su desarrollo. Cada vez son más independientes, hacen más amigos, van a la guardería y son unos narradores muy creativos. Estas experiencias conllevan nuevos retos emocionales que pueden resultar abrumadores. Es posible que le cueste adaptarse emocionalmente a este nuevo mundo de niños grandes, pero tú puedes ayudarle a superarlo.😉
Consejos básicos
Echa un vistazo a algunos de mis métodos favoritos y probados para ayudar a sobrellevar esas intensas emociones.
1. Dale una distracción
Por ejemplo, prepara una manualidad sencilla o saca algunos de sus viejos juguetes. Nada como un poco de nostalgia para tranquilizarlos, ¿verdad? Lo probé hace poco y a mi hija le encantó jugar con sus juguetes de bebé durante horas.
2. Dale a sus manos algo que hacer
El juego sensorial es siempre una de mis formas favoritas de calmar las emociones y volver a centrar a los niños con una actividad que les encanta. Se puede utilizar agua, arena, barro, pintura o incluso juguetes sensoriales para ayudarles a expresar sus emociones y mantener las manos ocupadas.
3. Dale espacio
Literal y físicamente. ¿No te pasa a veces que “necesitas un minuto”? Pues a los niños también. Dale espacio para que se calme. Así podrá reflexionar sobre la situación con más calma. Funciona de maravilla. Además, el espacio al aire libre les permite moverse libremente, a la vez que aprenden a liberar y gestionar sus emociones sobre la marcha.
4. Dale una manera de conectar
Leer o escuchar cuentos puede brindar a los niños en edad preescolar la oportunidad de aprender de personajes como ellos, sobre todo en lo que se refiere a la gestión de sus propias emociones. Puede tratarse de la típica hora del cuento, pero también de escuchar podcasts o audiolibros para que todos paséis un rato tranquilos.
Consejos sorprendentes
Cuando necesites un poco de ayuda extra, estos consejos únicos son una herramienta muy útil para gestionar las emociones.
Cronología
Este momento de sus vidas puede parecer un torbellino de emociones, y no pasa nada, es lo que toca. Echa un vistazo a esta cronología que indica los rangos de edad en los que probablemente tu peque estará preparado para los próximos hitos emocionales.
De 3 a 4 años
- Describe emociones básicas como alegría, tristeza, enfado
- Utiliza las habilidades aprendidas para mantener la calma en situaciones de cambio/decepción, pero a menudo necesita el apoyo de un adulto
- Desarrolla autoconciencia y vergüenza, puede esconder la cara al sentirse cohibido
De 4 a 5 años
- Describe sentimientos más complejos, como frustración o nerviosismo
- Utiliza una serie de estrategias para gestionar las emociones. Ya no tiene rabietas, pero a veces necesita el apoyo de un adulto
- Disfruta recreando situaciones de la vida real y respuestas emocionales en juegos de simulación
Más de 5 años
- Empieza a mostrar conciencia y habilidad para controlar su propio temperamento y verbalizar sus sentimientos
- Tiene más paciencia con las esperas y con otras personas
¿Todavía le cuesta?
Aquí tienes un ejercicio de buscar y encontrar que puedes enseñarle a tu peque en edad preescolar. Me gusta porque aleja el pensamiento de la emoción problemática en ese momento, pero también le ayuda a apaciguar las emociones intensas de una forma sana y adecuada.
Ayúdale a fijarse en cinco cosas que pueda ver, cuatro que pueda tocar, tres que pueda oír, dos que pueda oler y una que pueda saborear. Terminar el ejercicio saboreando algo es una buena forma de pasar a la siguiente actividad. Por ejemplo, tomar un vaso de agua o de leche y luego salir a jugar. Cuando haya pasado un rato, charlar sobre sus emociones puede ser una buena manera de avanzar juntos.
¿Y cómo están los padres?
¿Sabes qué? Lo que funciona para calmar a los niños, también te puede funcionar a ti.
Prueba con actividades sensoriales o crea una lista de reproducción relajante que podáis disfrutar juntos. Las actividades relajantes también pueden ser beneficiosas para ti (porque sí, te lo mereces), y las tizas o los libros para colorear pueden ser relajantes también para los adultos. Tampoco subestimes el poder del sol y el aire fresco; incluso un breve paseo al aire libre por tu barrio puede ser el estímulo perfecto para todos.

Los hitos y la diversión van de la mano
Recibe la etapa de crianza con los brazos abiertos. Te ayudamos a celebrar sus pequeñas victorias, a no agobiarte con las expectativas y a adoptar una mentalidad más positiva. Tras más de 90 años ayudando a las familias, hemos aprendido que el desarrollo ocurre de forma natural de la mano de la diversión.
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